LA VIRGEN MARIA EN EN EL ARTE
A lo largo de la historia del arte los temas religiosos tienen una importancia capital, con una tradición de casi diecinueve siglos el llamado "Arte Sacro" cuenta con las más grandes obras maestras conocidas y admiradas en todo el mundo, tanto por creyentes como no creyentes.
Las imágenes mayormente representadas son: Escenas de la Vida y Pasión de Nuestro Señor Jesucristo (La Ultima Cena y La Crucifixión) y la Virgen María (La Virgen con el Niño y La Anunciación).
El primer retrato de la Virgen María se le atribuye a San Lucas Evangelista (aunque no se ha podido comprobar) y de ahí se sigue una larga tradición artística que va desde las primeras pinturas al fresco en iglesias clandestinas (Dura Europos) y catacumbas en Roma, los mosaicos bizantinos y los íconos (que se cree, han sido copiados de este primer retrato realizado por el Evangelista), seguidos por el Arte Gótico definido por su abundante simbolismo (manuscritos iluminados).
Más adelante, los grandes maestros del Renacimiento italiano nos presentan imágenes religiosas en un contexto humanizado, en las que se prescinde de los fondos dorados característicos de la Edad Media, hasta llegar al realismo místico de los tenebristas de los siglos XVI y XVII (Caravaggio, Rembrandt y José de Ribera "El Españoleto").
Los temas religiosos fueron retomados en el siglo XIX por los simbolistas (Prerrafaelitas) y en el siglo XX los trabajos más notables fueron los de Salvador Dalí.
A pesar de los grandes cambios que ha experimentado la humanidad, desde los inicios del Cristianismo, la Inmaculada Virgen María permanece como ideal de fe, de pureza y de belleza, siendo el Arte Sacro uno de los grandes testimonios de la promesa de salvación y redención del hombre.
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